3. Otro ejemplo: El tronco enmohecido
4. Siguiente ejemplo: un sueño simple
5. Ejemplo: El coche perseguidor
6. Ejemplo: Sentimiento de preocupación
Con seguridad todos hemos experimentado situaciones o vivencias curiosas que nos han llamado mucho la atención en algún momento de la vida. Eventos muy llamativos o curiosos que, al final, lo declaramos como una simple casualidad porque no logramos entender su causa u origen.
Por ejemplo, despertar en medio de la noche y ver el reloj marcar exactamente la 22:22 horas. O un sueño muy lúcido que nos despierta y nos deja pensando a pesar que solo fueron situaciones absurdas, imposibles en la vida real.
Pero ¿y si todos estos eventos fueran en realidad un mensaje desde el mundo espiritual, ya sea de algún ángel de la guarda o algún familiar fallecido y muy querido? Si nos preguntamos: ¿pero cómo podemos saber si esto es, de verdad, una comunicación que recibimos desde el más allá? Y en caso que todas ellas hayan sido de verdad ¿cuántas veces no hemos perdido de estas indicaciones valiosas y orientadoras para nuestra vida?
Gracias a Dios, el Señor nos ha revelado, a través de Su Siervo escribano, una ciencia que nos abre la puerta al entendimiento de todas estas señales y mensajes desde mundo celestial superior.
Se trata de una ciencia que ya usaban muchas personas en la antigüedad como se muestra en muchos relatos bíblicos en donde el profeta de Dios recibía una comunicación de Dios mismo o algún ángel anunciaba algo importante.
Una ciencia que con la práctica nos demuestra que existe un mundo superior en los que sus habitantes dejan claro que tienen a su cargo nuestra protección y conducción.
Esta ciencia la denomina el Señor: la Ciencia de la Correspondencia. Quizás en nuestro tiempo la ciencia más cercana a esta sería la semiótica.
Que esta traducción sea para el lector una bendición y le permita el acceso a la Gracia Divina que en estos tiempos es derramada generosamente.
Luis Martínez Costa
Dice el Señor:
En la antigüedad era conocida y muy respetada la “Ciencia de la Correspondencia”. En estos días (1858) esta ciencia se ha perdido por completo al igual que la lectura de los jeroglíficos y la escritura cuneiforme. Este hecho significa, por lo tanto, que la elaboración de una teoría que aclare el término “Correspondencia” se vuelva una tarea tediosa sin gran utilidad.
Sin embargo, con la ayuda de algunos ejemplos sencillos podemos prescindir de la elaboración de una teoría difícil de entender.
Aquí se trata de encontrar, de manera sencilla, la correspondencia de un pensamiento con el fin de que nos ayude a resolver un “juicio instintivo”. El pensamiento que llega inesperadamente a un hombre puede haber sido recibido ya sea descansando en la habitación, afuera en algún sitio al aire libre o paseando sin estar ocupado en alguna actividad.
El pensamiento consiste en una montaña que se encuentra en el camino y cuya falda presenta matorrales espinosos y muy tupidos. Más arriba, por encima de los matorrales, hay un bosque frondoso y, por encima del bosque, un campo de cultivo de un campesino. En la cima de la montaña se observan rocas y picos muy empinados o escarpados.
Imagen 2.1: Una montaña alta
Después de estudiar la manera de atravesar los matorrales y el bosque frondoso, el hombre desiste de encontrar el camino de subida.
Este pensamiento, o mejor dicho esta viva imagen pensada, ha sido puesto en el alma del hombre por un espíritu superior desde el más allá.
Incomodidad o fastidio, similar a aquella empresa que trajo consigo una serie de dificultades insolubles. Justamente este sentimiento agobiante e incómodo es el “juicio instintivo” anteriormente mencionado el cual puede ser también solucionado con la correspondencia que ha de ser encontrada fácil y rápidamente.
Cualquier gran empresa de negocios se asemeja a la alta montaña, cuya falda está llena de matorrales impenetrables y, en la parte superior, rodeada por un bosque bastante frondoso o espeso.
Analicemos la siguiente lista con cuidado para hacernos una idea de cómo obtener las correspondencias:
OBJETO: Falda amplia y llena de matorrales.
CORRESPONDENCIA: Dificultad al inicio de la empresa.
OBJETO: Matorrales espinosos.
CORRESPONDENCIA: Demasiadas preocupaciones punzantes.
OBJETO: Bosque frondoso.
CORRESPONDENCIA: Panorama de ventajas limitado. Requiere gran esfuerzo largo y constante hasta alcanzar un panorama limpio y rico en ventajas.
OBJETO: Campo de campesino.
CORRESPONDENCIA: Pobreza.
OBJETO: Rocas empinadas, picos escarpados y grietas peligrosas.
CORRESPONDENCIA: Virtual imposibilidad de subir para obtener buenas ganancias debido al elevado costo de la inversión.
La respuesta a esta pregunta se logra mediante la prueba del entendimiento externo y ordenado. El espíritu que le dio el pensamiento al hombre le quiso decir:
¡De hecho! Pues el espíritu protector quiere guiarle hacia la vida espiritual. Por eso, espiritualmente hablando el mensaje sería:
De este ejemplo cualquiera puede elaborarse fácilmente una regla para obtener una gran claridad en:
-Saber qué es un juicio anímico instintivo (es decir, un juicio que proviene del corazón y no del intelecto o entendimiento mental).
-Saber qué es una correspondencia.
-Y cómo usarla para resolver el juicio interior.
Con este ejemplo complementaremos el entendimiento de las correspondencias
Ya sea de día o de noche, un hombre anda por un camino en un estado anímico natural y con la mayor tranquilidad. De repente su pie se tropieza golpeándose con algo en el camino y, si bien se irrita al inicio, después se pone más atento en el camino.
Imagen 3.1a: Un caminante se tropieza con un tronco mohoso
El objeto en el camino es un pedazo de tronco enmohecido que algún trabajador lo tiró allí y despreocupadamente lo dejó así, asunto que no tiene mayor importancia para nuestro ejemplo.
El caminante, después de haberse calmado por completo, continúa su camino y, de repente, un perro que se había quedado rezagado, pasa sorpresivamente corriendo por su costado en dirección de su amo.
Imagen 3.1b: Un perro pasa sorpresivamente por su costado
Si bien este segundo evento ha sido algo más bien inocente, causó, sin embargo, una emoción más intensa a nuestro caminante, porqué pensó dentro de sí: ¡Sí el perro hubiera estado rabioso, fácilmente me pudo haber hecho mucho daño!
A partir de allí, el caminante permanece mucho más atento, observa hacia todos los lados durante su trayecto hasta llegar a su destino sano y salvo y sin más contratiempos. Destino en el que le espera un negocio que atender.
Aquí tenemos dos eventos que podemos interpretarlo con el uso de la ciencia de la correspondencia. Nuevamente vemos que un espíritu superior desde el más allá le quiere decir algo:
Se trata de una tensión mezclada con un poco de molestia y temor. Esto nos conduce a encontrar infalible e inmediatamente la correspondencia correcta:
Si hemos entendido lo anterior entonces entenderemos lo que el espíritu advertidor nos quiere decir. Veamos los elementos de las correspondencias:
OBJETO: Camino (Correspondencia principal)
CORRESPONDENCIA: El negociador
El hombre con quién el caminante desea hacer un negocio. Se asemeja al camino que recorrió el caminante.
OBJETO: Pedazo de tronco podrido
CORRESPONDENCIA: Ganancias que se obtiene del negocio
El negociador intentará engañarte, sorprenderte, sacarte de tu ánimo apacible. Sé cuidadoso y no confíes fácilmente.
OBJETO: Perro
CORRESPONDENCIA: Alta capacidad de convencimiento del negociador.
Esta facultad del negociador, que le es fiel y le sigue, te sorprenderá inicialmente, pero después de pensarlo un poco observarás que no hay peligro pero tendrás que tener cuidado y atención durante el negocio.
La correspondencia puramente espiritual es:
Lo anterior es la correspondencia correcta enviada por un espíritu puro desde el más allá. El caso fue un encuentro natural aparentemente sin gran importancia pero muestra cómo los espíritus buenos y puros se preocupan constantemente por el bien de los hombres, incluso en situaciones insignificantes, en su caminar por la vida y les encantan hablar con los hombres mediante la correspondencia cuando ellos pueden entenderla más o menos, así sólo sea de una forma limitada e instintivamente.
Si esto no funciona de esta manera entonces los espíritus protectores actúan sobre los pensamientos y sobre los sentimientos que se generan en los hombres.
Y si esto tampoco funciona, entonces los espíritus guardianes tratan de inducir sueños a sus protegidos o también otras señales y premoniciones vivas.
Pero estos mensajes rara vez deben ser tomadas en forma literal, es decir, pensar que el mensaje se cumplirá así como ellas son o se presentan.
Pero, en los casos menos urgentes, los mensajes pueden ser resueltos sólo mediante el uso de las correspondencias empleando el entendimiento humano externo mediante ciertos sueños y premoniciones y ciertas señales curiosas, llamativas o fenomenales.
Sí, en los libros del Antiguo y Nuevo Testamento hay muchos mensajes que puede ser resueltos mediante la ciencia de la correspondencia.
Ahora tomemos el ejemplo de un sueño sencillo:
Alguien sueña que se encuentra en una ciudad que no conoce y que camina por sus calles y no puede encontrar lo buscado. Todo es extraño y está al revés, las calles no tienen fin y a menudo se vuelven tan angostas que no se puede continuar andando a través de ellas.
Después de tanta búsqueda fallida, de subir y bajar por las calles y de encontrar las angosturas tan abrumantes, el alma comienza atemorizarse y, por eso, ella despierta al espíritu nervioso que, a su vez, despierta también al cuerpo físico e intenta ya no dejarlo dormir más para no volver a la ciudad pesada.
Imagen: Calle que se angosta
Observemos directamente el juicio de “ánimo” que expresa lo siguiente:
¿Cuál es la correspondencia fácil de encontrar y que resuelva el juicio? En realidad sí es fácil de encontrar porque la correspondencia se basa ya en los primeros juicios de ánimo instintivos.
La correspondencia es:
Aquella ciudad es una fiel imagen de toda actividad mundana material en la que la libre voluntad espiritual del alma ya no puede encontrar más lo suyo, es decir su origen. El alma, a pesar de tanta búsqueda angustiante, se encuentra en peligro de ser absorbida por la materia, lo que es mostrado a través de las calles que se van angostando.
Además vale aquí un sabio consejo:
Y el mensaje puro espiritual es:
De esta forma es posible comunicarse, en todo lugar y en cualquier momento y empezando con cualquier aparición o evento, con el círculo de los espíritus más puros y elevados. Con este conocimiento la persona puede iniciar un diálogo o conversación con ellos.
Si bien al comienzo, esto pueda ser algo tedioso o dificultoso, pero con el tiempo, y a través de ejercicios diligentes, cualquiera puede alcanzar una gran facultad en este campo e incluso hasta llegar a ver a los espíritus e intercambiar palabras con ellos y también con el mismo Señor Jesucristo.
El siguiente ejemplo dará más luz de las correspondencias entre el mundo natural y el espiritual.
Prestemos atención a lo siguiente:
Hay hombres en el mundo que, a menudo ante cosas y eventos insignificantes, tienen un cierto temor persistente, una aversión y, con seguridad, también una antipatía pequeña o grande.
A uno, escuchar ciertos sonidos algo disonantes, le produce un estado febril, al otro, el sentir una superficie áspera, y un tercero no puede soportar ciertos ruidos por ejemplo los de un papel crujiendo, y un cuarto se pone de mal humor cuando alguien camina o maneja detrás de él y también hay una gran cantidad de personas que tienen una fuerte aversión ante ciertos animales, en especial ante los reptiles, así como aquellos hombres que no pueden soportar ciertas fisionomías de otros hombres porque les son irritantes y a menudo insoportables.
En el fondo todas las antipatías anteriores en contra de las diferentes cosas y eventos, sin importar su tipo, son también juicios instintivos del ánimo que son mantenidos despiertos por un así denominado “espíritu protector” del más allá.
Si los hombres entendieran resolver tales juicios mediante las correspondencias y ampliarlos para llegar hasta las correspondencias puramente espirituales, entonces rápidamente empezarían a darse cuenta bastante bien y por todos los lados en qué situación se encuentran ellos en relación con aquellos sentimientos y qué es lo que sus espíritus protectores le quieren decir y mostrar.
Además ellos reconocerían dentro de sí y a través de lo anterior el remedio curativo contra tales incomodidades del ánimo y por consiguiente podrían liberarse de ellos.
Mientras los hombres no reconozcan la causa de las antipatías, un espíritu protector superior está constantemente obligado a mantener el sentimiento desagradable en el alma para que el alma se mantenga siempre alejado de aquello que podría causar daño en parte al cuerpo y en parte al alma misma.
La disposición de los espíritus naturales de la materia del cuerpo físico tiene la característica de poseer una tendencia secreta justamente hacia aquellas cosas y eventos que harían un daño enorme y sensible al cuerpo físico, incluso con el simple hecho de que suceda un cierto tocamiento o contacto físico más o menos intensivo.
Por eso el espíritu se encarga de que el alma tenga una antipatía permanente ante tales debilidades de su cuerpo y su espíritu nervioso; y por eso la persona afectada se retira rápidamente ante tales cosas y eventos que le son desagradables protegiéndose así de los grandes efectos dañinos y evitando además otros peligros que pudieran generarse fácilmente.
Ahora observemos a través del telescopio espiritual un poco de aquellos eventos con correspondencias y veamos lo que salga.
Tomemos el caso de un hombre que no puede soportar a ningún coche que viaje detrás de él y tampoco a nadie que camine detrás de él. en su estado de ánimo siempre siente una incomodidad mezclada con algo de temor y también con algo de enojo.
En el cuerpo de aquel hombre viven espíritus naturales cuyas pretensiones es de polarización anti-positiva y por eso son insidiosas (es decir de carácter malévolo con apariencia de inocencia) y algo alevosas (cautela con que se asegura la comisión de un delito). Estas pretensiones son naturalmente características inocentes de los espíritus naturales del cuerpo las cuales se transmiten al espíritu nervioso a través de la afección de los nervios y por eso genera una correspondencia “palpable” en el alma.
Ahora, si detrás de aquel hombre en la calle viaja un coche, aunque sea a una distancia considerable, o un hombre camina detrás de él, a un paso acelerado, entonces a través de esto se excitan inmediatamente los espíritus insidiosos de la naturaleza del cuerpo con características similares, debido a la sed de asimilación, y a través de ellos también se excitan los nervios y su éter de vida (su espíritu).
El alma se da cuenta de esto y, en una acción que busca contrarrestar, mueve a su cuerpo al lado libre de peligro y espera que todo lo alevoso haya pasado y, con esto, haya desaparecido toda incomodidad.
Con esto tenemos la explicación de la causa natural, incluyendo también, la causa natural trascendental o más profunda.
El juicio del ánimo consiste en: incomodidad, temor, enojo.
¿A qué corresponden?
Naturalmente corresponden a todo aquello que le ayuda, le da protección y calma al ánimo.
Según el “juicio del intelecto” externo tenemos:
Primero cubrir la espalda, que es débil, colocándola en un sitio seguro.
Después dar la cara valientemente al peligro y finalmente esperar pacientemente hasta que el peligro haya pasado.
El resultado correspondiente es:
En el aspecto moral podemos ver:
«Es mejor tener diez enemigos declarados al frente que uno insidioso» y
«Un lobo disfrazado de oveja es más peligroso que uno declarado en su piel de lobo.»
Tomemos aún otro caso, ahora uno sobre los presentimientos y las señales extrañas. Nuevamente usaremos un ejemplo en vez de una teoría por más absoluta que fuera:
Alguien experimenta de repente una sensación de preocupación o desasosiego y, después de pensar concienzudamente, no encuentra motivo o causa alguno. Además, se siente como abandonado o como uno que se entera que uno de sus mejores amigos ha tenido que hacer un largo viaje sin haber podido despedirse.
Si el sentimiento es de esta manera, entonces sería un buen ejercicio reflexionar como se describe a continuación:
-Diríjase al espíritu protector que seguro está presente en ese momento.
-Pregúntesele al espíritu en forma amorosa pero con firmeza.
-Préstesele atención a lo siguiente:
-al primer nombre expresado claramente (esto sucede en casos extraordinarios)
-o, con seguridad, a cualquier otra imagen del pensamiento que se genere repentinamente en el interior.
Si se procede de la manera descrita, en caso extraordinario, el nombre de un familiar cercano, que esté sufriendo o incluso que haya fallecido o el de un amigo, será pronunciado claramente y sin ninguna correspondencia a través de espíritu protector del más allá.
De lo contrario también el nombre de algún amigo o familiar, que haya sufrido alguna desgracia terrenal severa, será muy fácil de reconocer a través de las correspondencias del ánimo muy similares a las de la persona en cuestión.
Pero, por lo general, tales significados, consejos o señales, aparecen en los sueños en donde son aún más fáciles de resolver.
Todo lo que sucede en la tierra ante uno u otro hombre tiene un significado profundo o parcialmente espiritual o también completa y puramente espiritual, el cual puede ser encontrado a través de “uso de las correspondencias”, si bien quizás al comienzo no con mucha seguridad, pero por lo menos siempre en forma aproximada.
Además tampoco es necesario que alguien tenga que encontrar a todo una correspondencia. Sólo en eventos muy especiales alguien puede ejercitarse en la primera escuela preparatoria de la correspondencia con los espíritus.
Existen tres niveles de aprendizaje en la ciencia de la correspondencia. El primero es preparatorio y enseña a entrar en correspondencia con los espíritus.
Si el primer nivel se ha comprendido y ejercitado bastante bien, entonces recién se puede pasar a un segundo y finalmente incluso a un tercero y máximo nivel, en el cual las instrucciones difícilmente se dejarán encontrar por propio esfuerzo a no ser que el Señor mismo las entregue como las ha dado aquí en este escrito, o que Él mismo ponga la mayor parte de ellas en cada corazón.
Dejemos que el Señor mismo cierre este escrito con sus propias palabras:
«Si alguien no ha entendido bien e inmediatamente aquí o allá alguna parte de este escrito que no se sienta acongojado por esto, porque ya vendrá el entendimiento con el tiempo, mientras tanto el camino hacia Mi Corazón está abierto a cada uno de Mis amados amigos e hijos. Que Mi Bendición y Mi Gracia esté con vosotros. Amén»
Jesús de Nazareth.
“Dádivas del cielo”, Tomo 3, pág. 314, recibido el 20 de abril de 1858, por Jakob Lorber
Edición: 1.04 28 de Abril 2020